La respuesta parece contundente: el cuerpo humano funciona como un sistema único e interconectado. Cuando una parte sufre, otras pueden verse afectadas. En este caso, la salud de las encías puede tener una relación directa con la presión arterial.
Periodontitis e hipertensión: una conexión real
La hipertensión arterial (HTA) suele ser el resultado de una combinación de factores. Entre ellos, existe uno que frecuentemente se pasa por alto: la enfermedad periodontal. Encías sangrantes, dientes móviles, mal aliento persistente y otros signos pueden ser más que un problema dental; podrían estar influyendo directamente en la presión arterial.
La periodontitis es una enfermedad inflamatoria crónica que destruye progresivamente los tejidos que rodean y sostienen los dientes. Esa inflamación puede diseminarse a través del torrente sanguíneo y afectar a órganos distantes, incluido el sistema cardiovascular.
Un hallazgo científico que lo confirma
Un estudio presentado durante las Sesiones Científicas de la Asociación Estadounidense del Corazón 2017, realizado en conjunto por investigadores de Anaheim (EE. UU.) y Guangzhou (China), analizó los efectos del tratamiento periodontal en pacientes con prehipertensión y periodontitis moderada a severa.
Participaron 107 personas mayores de 18 años, divididas en dos grupos:
- Grupo estándar: recibió instrucciones básicas de higiene bucal y una limpieza profesional para remover placa y sarro.
- Grupo intensivo: además de lo anterior, recibió limpieza profunda de raíces bajo anestesia local, tratamiento con antibióticos y extracciones dentales si era necesario.
En algunos casos, se utilizaron tecnologías avanzadas como láser quirúrgico (HLLT) para desepitelizar y desinfectar las zonas afectadas, y láser terapéutico (LLLT) para regenerar tejidos mediante terapia fotodinámica (PDT) y biomodulación.
Resultados que impactan en la salud cardiovascular
Los resultados fueron muy claros. Quienes recibieron el tratamiento intensivo experimentaron una reducción significativa de la presión arterial:
- Un mes después: La presión sistólica bajó casi 3 puntos.
- Tres meses después: La sistólica descendió casi 8 puntos y la diastólica 4 puntos.
- Seis meses después: La sistólica se redujo en casi 13 puntos y la diastólica en casi 10 puntos.
Esto demuestra que la mejora bucal no solo es local, sino que puede impactar positivamente en la salud general del paciente.
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Inflamación crónica: el vínculo clave
Cuando hay una infección periodontal, el cuerpo reacciona generando una respuesta inflamatoria sistémica. Esa inflamación constante puede dañar los vasos sanguíneos, alterar la función endotelial (la capa que recubre internamente los vasos) y contribuir a una presión arterial más elevada.
Además, la presencia de bacterias en las bolsas periodontales puede activar una cascada de eventos inmunológicos que afectan negativamente al sistema cardiovascular. Reducir esa carga bacteriana y controlar la inflamación no solo mejora la salud bucal, sino que ayuda al corazón y a los vasos sanguíneos.
Tecnologías que potencian el tratamiento periodontal
- El láser quirúrgico elimina el epitelio dañado y descontamina los tejidos afectados.
- El láser terapéutico estimula la regeneración celular, reduce la inflamación y acelera la cicatrización.
- La terapia fotodinámica emplea una sustancia fotosensible activada por láser para eliminar bacterias sin afectar células sanas.
Estas técnicas avanzadas, junto con una buena higiene y control periodontal, ofrecen una solución integral para la salud general del paciente.
Cuidar las encías es cuidar la salud integral
Como profesionales de la salud bucal, tratamos la enfermedad periodontal no solo para preservar dientes y encías, sino también para prevenir consecuencias más serias, como enfermedades cardiovasculares o desequilibrios sistémicos.
Además, hay signos que no deben pasarse por alto. Cuando una persona habla o respira cerca y percibimos un olor bucal fuerte o desagradable, puede ser señal de una infección avanzada. Esa condición crónica, además de incómoda, puede ser peligrosa.
Conclusión
Los beneficios del tratamiento periodontal van más allá de la boca. Al reducir la inflamación y mejorar la salud oral, también se pueden conseguir mejoras significativas en la presión arterial y en la calidad de vida en general.
Por eso, si tenés signos de enfermedad periodontal, no lo dejes pasar. Consultá con un especialista, no solo por tu sonrisa, sino por todo tu cuerpo.
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