La frenectomía con láser corrige la inserción anómala del frenillo labial o lingual con alta precisión, menor sangrado y una recuperación más cómoda. Es una alternativa moderna a la técnica convencional con bisturí, indicada en niños, adolescentes y adultos.
¿Qué es el frenillo y cuándo conviene tratarlo?
El frenillo es una banda de tejido que conecta el labio o la lengua con la encía/suelo de la boca. Cuando su inserción es corta, gruesa o está mal ubicada, puede producir:
- Frenillo lingual corto (anquiloglosia): limita la movilidad de la lengua, afecta la lactancia, deglución, pronunciación (fonación) y postura lingual.
- Frenillo labial hipertrófico: favorece un diastema (separación) entre incisivos, interfiere con higiene y puede complicar tratamientos de ortodoncia.
- Tensión de tejidos blandos: retracción gingival localizada o incomodidad funcional/estética.
Ventajas de la frenectomía con láser
- Menor sangrado: el láser corta y coagula al mismo tiempo, manteniendo un campo quirúrgico limpio.
- Más confort: suele requerir anestesia local mínima y habitualmente no precisa suturas.
- Recuperación más rápida: menor inflamación y molestias postoperatorias.
- Alta precisión: microcorte controlado que respeta los tejidos adyacentes.
- Tiempo de sillón reducido: el procedimiento es ágil y predecible.
Indicaciones más frecuentes
- Anquiloglosia en lactantes y niños: dificultad para amamantar, clics al succionar, fatiga, dolor materno; en niños mayores, fonación alterada.
- Frenillo labial superior grueso: diastema interincisal, tracción del tejido y estética comprometida.
- Soporte a ortodoncia: liberar tensiones que impiden el cierre de espacios o la estabilidad del tratamiento.
- Higiene y periodoncia: facilitar técnicas de cepillado y reducir riesgo de inflamación local.
¿Cómo se realiza el procedimiento?
- Evaluación clínica y planificación: historia, fotografías, valoración funcional (movilidad lingual/labial), y necesidad de fonoaudiología u ortodoncia complementaria.
- Anestesia local selectiva: para que el procedimiento sea cómodo y bien tolerado.
- Aplicación del láser: corte preciso del frenillo con parámetros ajustados al tejido (potencia, pulso y tiempo).
- Hemostasia y control: suele evitarse la sutura; si se indica, se emplea una sutura fina reabsorbible.
- Indicaciones postoperatorias: higiene suave, ejercicios funcionales y control programado.
Cuidados y recuperación
- Higiene: cepillado suave en la zona y enjuagues indicados por el odontólogo.
- Alimentación: preferir alimentos blandos/templados las primeras 24–48 h; evitar picantes y crujientes.
- Dolor e inflamación: generalmente leves; analgésicos/antiinflamatorios solo si el profesional lo indica.
- Ejercicios: en frenectomía lingual, ejercicios de movilidad para optimizar la función y prevenir adherencias.
- Controles: acudir a la revisión para verificar cicatrización y función.
Resultados y expectativas
La frenectomía con láser ofrece resultados predecibles y estables cuando se integra en un plan interdisciplinario. En anquiloglosia, la coordinación con fonoaudiología mejora la fonación, la postura lingual y la deglución. En diastemas, la ortodoncia puede ser necesaria para cerrar espacios y mantener la estética a largo plazo.
Riesgos y contraindicaciones
- Riesgos poco frecuentes: sangrado puntual, molestias transitorias, cicatrización tensa si no se siguen los ejercicios.
- Contraindicaciones relativas: infecciones activas, mala higiene no controlada o condiciones sistémicas sin evaluación médica.
- Selección del caso: la indicación y el momento ideal (especialmente en niños) la determina el equipo tratante.
Preguntas frecuentes
¿Duele la frenectomía con láser?
Con anestesia local el procedimiento suele ser indoloro. La mayoría de los pacientes reporta molestias leves y corta duración del postoperatorio.
¿Necesitaré puntos?
En muchos casos no, gracias a la hemostasia del láser. Si el profesional lo considera, puede colocar una sutura fina para estabilizar el tejido.
¿Cuándo veo los beneficios funcionales?
La mejora puede percibirse de inmediato (p. ej., movilidad lingual). En niños y adultos, los ejercicios guiados aceleran la adaptación funcional.
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